Somos más que 13

El Gaffitour de san Javier

Con este título defino el reconocimiento que el mundo le hace hoy a los más de  ciento sesenta mil habitantes de la Comuna 13 de Medellín, al  occidente de la urbe, a través de la masiva visita de turistas –  de todos los lenguajes y morrales – que caminan mientras fotografían las empinadas callecitas del barrio 20 de Julio, donde comienza el tour, a diez minuticos, a pie, de la estación San Javier del Metro;  por su tesón, valentía y  resistencia, al no permitir que su convicción sonriente fuera doblada por las  balas intimidantes que les mataban.   Y desde que se llega a la estación del Metro, los Guías del recorrido ofrecen su servicio de expertos orientares en lo que es hoy su orgullo vivencial: Su Comuna.

Residentes y turistas por las estrechas escalas, senderos y viaductos que llevan hacia las casitas pegadas de la arisca montaña, se encuentran para contarse la historia que conocen quienes la han vivido, y no la que cuentan quienes la niegan, en los desvanecidos medios masivos de comunicación.

Japoneses, chinos, hindúes, franceses, canadienses, estadounidenses, españoles, argentinos, británicos, chilenos, bogotanos, caucanos, llaneros, nariñenses, antioqueños, y de otros barrios, y de muchas esquinas, se desplazan sin afán alguno admirando y fotografiando los coloridos murales hechos por la muchachada talentosa de la 13, los mismos que recuerdan su historia de dolor para transformarla en dignidad y  esperanza, a causa de la violencia vivida – incluida la Operación Orión, planeada y ejecutada por el Estado, el 16 y 17 de octubre de  2002 –

Sonrisas y amabilidad negra, mestiza, humilde y obrera, reciben los visitantes cuando se acercan al mercadillo de emprendimiento donde se encuentran: empanadas, micheladas, chorizos, cremas, hojuelas, tintico, cervezas, plátanos maduros con quesito, obleas con arequipe, arepas, muchachos danzando el Hip Hop, raperos cantando sus verdades, mini galerías de arte de explosivo color, manillas, pocillos, gorras, sombreros y camisetas estampadas con el orgullo de ser de acá: “De la 13, pal’ mundo.”, dice una de ellas, queriendo expresar que la sonrisa de Lucas – un niño de dientes bondadosos que llegó con su mamá y sus tres hermanitos, menores que él, expulsados de su natal Urabá, por una de las tantas guerras que ha tenido Colombia – silencia el miedo que antes vivía esta montaña de esfuerzo comunitario –  al  reír a carcajadas cuando una flaca y rubia inglesa le pide, con su lenguaje sin desenredar, que bailen la canción que sale de una de las tiendas del lugar.

El pretexto para esta transformación fueron las escaleras eléctricas – inauguradas en diciembre de 2011 – que, como serpiente rojiza, con sus seis tramos dobles, refrescan el cansancio de sus habitantes al dejar de subir la inclinada montaña, reemplazando 350 escalones de cemento, los mismos que debían caminar a diario los habitantes del barrio Las Independencias 1.

Admiración y aprendizaje, inteligencia y creación, esfuerzo y pertenencia –  por ser de dónde se es –   guardan en sus ojos quienes hasta aquí llegan, para regresar con su corazón… oliendo a resiliencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

pensamientos de 6 \"SOMOS MÁS QUE 13\"

  1. Que hermosa narración Héctor, tan sensible que eriza el alma! Ya quiero ir a hacer el recorrido y conocer a esas resilentes personas, que como los demás colombianos, nos la peleamos por resistir y continuar. Me encantó, abrazos

  2. Otro texto salida de las entrañas de un antioqueño que sigue recorriendo los barrios para ver lo que hay detrás de cada muro, de cada ser humano y fotografiar no solo con su lente , sino con sus palabras ,los intrincados vericuetos de cada comuna de Medellín y sus alrededores.
    Viví un tiempo en Antonio Nariño y sentí el calor humano de la comuna trece.
    Gracias Héctor por recordar que allí también hay seres que respiran vida y que nos hacen vibrar con todo el arte que allí se muestra.

  3. » La historia de la comuna trece , no difiere mucho de la historia de muchos barrios de la ciudad , en donde a pesar de la adversidad que les ha tocado vivir , encontramos amigos nuestros , que no han sido presentados , pero que con su olor a cemento le dan identidad a nuestra realidad social y nos dan ejemplo de tesón , lucha y superación , haciendo de la crisis un area de oportunidad , para ser mejores . Excelente crónica y además muy expresivas las fotografías. , gracias profesor , por acercarnos a esas familias que dignamente nos representan a todos los antioqueños , en buena hora esta crónica «

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