Reinaldo Spitaletta
El pago de una deuda
He leído sus libros, opiniones y crónicas. He asistido a la presentación de varios de sus textos, incluso, en la tribuna Oriental del Atanasio, hemos celebrado goles y comentado la táctica del DIM (el equipo de futbol que adoptamos como hinchas) cuando no gana, transformándonos en entrenadores sin diploma: me refiero a Reinaldo Spitaletta ( Bello – Antioquia) de quien he aprendido que escribir es posible (aunque lo intenté no lo logré) cuando la metáfora es la vida misma.
Su talento explora el ayer para repensar el presente como periodista, intelectual, docente, cronista, escritor, conversador, conferencista, historiador, lector, crítico, y creador. Su abecedario divertido hace las pausas necesarias en su catedra cotidiana para evitar, que ese pasado, sea sepultado por la ligereza del afán momentáneo. En el programa semanal, “Medellín, anverso y reverso”, de la emisora cultural Radio Bolivariana, su hablar pretérito lo convierte en Patrimonio Viviente de esta urbe, al conectar – cada ocho días – el sosegado respirar de la capital antioqueña (cuando el siglo XX apenas gateaba) con el paranoico crecimiento que presenta hoy su estrecha atmosfera contaminada.
Reinaldo Spitaletta ha sido mi maestro sin haber asistido a sus clases porque siempre está ahí, proponiendo dudas y oxigenando respuestas mientras degusta un tinto en la cafetería de la Bolivariana, o sentado al borde de una de las
jardineras de la Plaza Fernando Barrientos, en la U de A, o en el Viejo Café de Bello, o en el Salón Málaga, o comentando en La Boa bar; el gol que botó Caicedo cuando era más difícil errarlo. De Reinando sigo aprendiendo que lo complejo se vuelve fácil cuando se tiene la lucidez para hacerlo sin arrogancia alguna, y sí, con la humildad de quien posee el saber para compartirlo sin egoísmo.
En la esquina de sus recuerdos infantiles, en el Cóngolo (barrio de Bello), en el Metro, en el Centro, caminando por Prado, en la tertulia cerveceada, en el Paraninfo, en Teleantioquia, en la tienda que ya no fía, en cualquier lugar te
encontrarás a este hombre enseñando con su carcajada pausada y su memoria inalterable, convirtiendo, así, su apellido en sinónimo de escuela.
Y como Reinaldo ha influenciado las interpretaciones que hago de mi realidad, a través de este breve texto, quiero agradecerle (con mayúsculas) para cancelar esa deuda que tengo con él, cuando releo cada uno de sus libros publicados, o cuando reencuentro sus centenares de artículos en periódicos y revistas locales, regionales y nacionales. GRACIAS (de nuevo con mayúsculas) Reinaldo Spitaletta por ser la universidad sin muros en cada página que escribís, haciendo de las nubes asfixiantes de Medellín, el aire que preserva la inteligencia.
Abril 2 de 2022
Dos maestros de la palabra a quienes sigo desde sus escritos y con quiénes tengo una amistad leal y honesta.
Gracias por estar ahí cuando los he requerido.
Gracias a vos, Horacio, por estar siempre ahí.
Qué buen escrito acerca del Profe Spitaletta. Gracias por decir lo que muchos sentimos.
Gracias a vos por leer y opinar el texto.
Gracias Héctor por tenerme en cuenta para compartir tus escritos. Escribir es un arte que se construye. Enfrentar una página en blanco no es tarea para cualquiera. Este texto es refrescante. Tiene la virtud de sacar al lector del ostracismo para pasearlo por diferentes lugares hasta motivar el deseo de saborear un tinto en el Málaga a la sombra de un reconocimiento a Spitaletta. Lo que hace la pluma. Estoy por creer que escribir ya no se hace por placer o por obligación… se hace por necesidad.
Julio. Gracias por leer y opinar esta crónica. Gracias por tus generosas palabras. Te espero en la próxima.
Y nosotros los lectores de ambos, también nos oxigenamos con sus lineas.
Gracias, Fernando, por leer y comentar este texto. Te espero en el próximo, como siempre.
Admirable también ese alumno, qué bien conoce al maestro y qué bella forma de lagarle esa deuda. Un placer para los de a pie, para esos que lo seguimos sin que se note, leerlo a él y a quienes nos brindan unos renglones de agradecimiento, tan bellamente escritos, como los del autor del texto que acabo de leer.
Luz Elena. Gracias por tus palabras sobre este texto. Gracias por leer la crónica. Te espero en la próxima.
Tú DIM del alma, está a punto de llegar a la final de la Liga y posiblemente contra su archi rival ATLÉTICO NACIONAL. Cómo la vez?
Don Héctor
Me agrada muchísimo que me comparta sus textos.
Una feliz tarde
Angela, muchas gracias por leer y opinar la crónica. Gracias por esperar la próxima.
Quien paga, el crédito mantiene. Justo reconocimiento al maestro Reinaldo, incansable mirón. Su columna acerca del odio fue ayer su sello de calidad.
Jairo, muchas gracias por tu opinión sobre esta crónica. Gracias por leerla.
“ Excelente homenaje a un gran amigo que no ha sido presentado , pero que soy su contertulio todos los Sábados en el programa anverso y reverso . Al vecino de mi recordado municipio de Bello toda mi gratitud por tan grandes enseñanzas que nos deja en toda su obra y no todo tenía que ser bueno , como que hincha del Medellín?…ja,ja,ja,ja Un saludo especial mi profesor Barrientos y al maestro Reynaldo un abrazo con la añoranza de algún día poder estrecharle la mano “
Rubencho. En tu próxima visita a Medellín tendremos, seguramente, la oportunidad de dialogar con Reinaldo. Gracias por leer y opinar este texto. Te espero en la próxima.
Dos grandes maestros de la crónica,Reinaldo y Héctor.
Gracias por estar ahí haciendo más placentero nuestro existir.
Horacio. Gracias, muchas gracias por sus palabras.
Profe excelente todo lo que escribes, siempre te he admirado por la capacidad que tienes de contar la realidad por medio de la poesía. Si que nos pones a reflexionar. un abrazo.
Diana, muchas gracias por tu generoso concepto. Gracias por leer y opinar este homenaje, muy humilde, que le hago al maestro Reinaldo. Te espero en la próxima.