¡Qué enredo!
Otro nudo más
El corazón estalla, la dopamina se escapa, la ambulancia gime, los poros se tapan, los ojos vuelan, Kraken se calla, las manos arden, el estrés se encierra, Diomedes canta, los motores silban, la espalda suda, la congestión aumenta, la vía se encoge, la garganta se ahoga, los pi piiis ensordecen, el reloj deprime, la rasquiña aparece, el semáforo ríe, el sol asfixia, la sordera enmudece, la amnesia recuerda, la nariz huele el desespero, los pi piiis se vuelven a alborotar, las llantas estorban, y sus conductores hijueputazos escupen.
Todo sucede porque quienes gerenciaron a Medellín no les importó lo que el urbanista austriaco Karl Brunner le sugirió al Concejo del pequeño poblado. Los ediles le pararon bolas al tipo creando el Acuerdo 253, del 1 de diciembre de 1934, el mismo que firmó el alcalde Luis Guillermo Echeverri Abad, el cual encargaba a los arquitectos de abecedario enredado, José Luis Sert y Paul Lester Wiener, de transformar en ciudad al pueblo empedrado (que contaba en 1928 con 120.044 habitantes) proponiéndoles trazar calles y carreras con nomenclatura numérica para reemplazar los nostálgicos nombres que tenían. Quería anticiparse, así, el Acuerdo, al caos provocado por la futura carramenta, ignorando dicho documento que la corrupción (inventada por quienes se enriquecen robando el dinero ajeno) todo lo para sin ser afrodisiaco, y que este trancón del lejano 2021 (con COVID por todas partes atravesado) existiría ochenta y siete años después para transformar un sueño en caótica pesadilla.
Marzo 24 de 2021
Ni mas, ni menos.
Flor Alba. Muchas gracias por tu concepto sobre la crónica. Te esperaré en la próxima.
Una crónica con olor a enredo citadino y que se vislumbra por todo el paìs.
Ni con metro ni métricos hemos podido en Medellìn ,cómo será en la capital?
Horacio. Gracias por leer y comentar la crónica. Como siempre, te esperaré en la próxima.
«Esta crónica profesor , es la manifestación tangible de nuestras ideas y pensamientos cruzados , que han sido evidentes a través de la historia de nuestra queridísima ciudad de la eterna primavera»
Rubencho. Muchas gracias por leer y dar tu opinión en esta crónica. En la próxima te espero para leer tu comentario.
Que catástrofe y ahora que está peor. un gran error haberlos ignorado ¿cómo serían las cosas si la gente fuera más atenta?
Samanta. Muchas gracias por leer y comentar la crónica.
Es muy triste ver como nuestro país se ha transformado en un completo caos, solo por obedecer o creer en los ideales de otros. En lo que antes se respiraba tranquilidad y armonía, ahora no es más que oscuridad.
Jennifer. Acertado comentario. Muchas gracias por leer y opinar esta crónica.
Muy interesante! Mientras que las ultimas generaciones ven las filas de carros como algo cotidiano y del día a día, abuelos y abuelas envidian su pasado, en donde llegar a un sitio solo les demoraba unos minutos y se escuchaba el sonido de una vía despejada, en vez de tanto claxon que lo deja a uno es sordo.
Janna. Muchas gracias por tu opinión basada en la crónica. Gracias por leerla.