NO, GRACIAS

De aquí no me muevo

Vivir en Medellín no es un riesgo porque sus calles a la imaginación artística nutren. Y el arte a la quietud no acepta, tampoco al bostezo predecible, ni a lo mismo de lo mismo.  Por esa razón una cascada estornuda, el mar bravea, la lluvia hospitaliza, el Amazonas devora, la montaña congela, y el sol derrite. Y como el arte copia a la naturaleza aparece el imprevisible caos que Medellín guarda en su respirar, transpirar, llorar, sonreír, y resucitar. Así es la ciudad que me desacomoda, me sacude, me pellizca, me estruja, me invita, y me tatúa su mundo de temores con sus descaradas cámaras que me encuentran donde no he ido.  Medellín no me escucha cuando (a todo taco) Arelys, El Tropicombo, I.R.A, Alkolirycoz, Kraken, Óscar Larroca, y el parcero que se cree cantante, ensordecen estrenando bafles. Medellín fía porque embarga pues plata es plata, como dijo quien quiso poder, pero no pudo ser. Los semáforos son el centro comercial que vende sudor en garrafas, publica secretos, y ofrece paciencia en la hora pico. Medellín cae y se levanta, aunque no sea barata. Ciudad que tolera la intolerancia al roce marihuano cuando se emborracha, y sin remordimiento alcahueta la criminal alborada. Sus campesinos siembran cilantro, pero en otra parte lo compra. Invades la cebra, caciqueas la cuadra, irrespetas lo prohibido, rajas del prójimo, un escapulario en el tobillo de vez en cuando te salva. Mientras pruebas finura abusas del fiador. Así sos pero te defiendo: urbe de amnesia festiva, tu memoria de enero a diciembre farrea. Y me le emberraco a don pecueca cuando te juzga sin conocerte porque eres más que las polas frías, el rojo gol, la verde atajada, el infaltable alumbrado, la Feria en agosto, la chicanera de la esquina. Te defiendo porque pides la infaltable ñapa, presumes los tenis que aún no pagas, haces amiguis en las filas hablando paja, te santiguas maldiciendo la EPS porque esa es tu religión, llegas hasta Provenza (sin cinco) para oler el menú gringo porque ese es  tu desparche, creas piropos para decir adiós, esa es  tu debilidad;  fanfarroneas con el primo visajoso al ser  tu profesión patriarcal, te bebes el arriendo porque le haces caso a Darío cuando dice “nadie es eterno”, votas por los de siempre que te empobrecen, ese es tu karma cuando andas descalza, y gritas pirobo cuando alguien te adelanta al creer que plomo es lo que hay. Con vos mi esencia conservo respondiendo NO, gracias, de aquí no me muevo porque me das lo que jamás el dólar podrá comprar: tu impredecible bipolaridad que tiene millones de seguidores en Tik Tok.

Octubre 15 de 2024

 

pensamientos de 11 \"NO, GRACIAS\"

  1. Dale, ahí vas forjando una radiografía (a veces en color) de esta ciudad de altos contrastes y de la que el profetica Gonzalo también se quejó en su momento. De cada asunto que abordaste podés ir haciendo una nota, un relato, dale. Muy bien. Un abrazo desde la cuadra.

  2. Como dice Reinaldo una radiografía de los sitios que nos permiten vivir la ciudad,con sus cosas buenas y no tan buenas,llena de nostalgia,recuerdos ,amores y desamores.Así fuimos,somos y seremos.

  3. Buena crónica, excelente retrato de la ciudad de Medellín. Me gusta la descripción de la bueno y lo malo de la ciudad utilizando metafóras y hasta poesía. Creo que Medallo tiene más cosas buenas que malas, o mejor dicho, lo bueno sopesa lo malo. «NO GRACIAS. DE AQUI NO ME MUEVO.

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  4. “ Asi no me encuere hoy allí , también digo … De aquí no me muevo …Y si Dios lo permite ahí estaré …. Aunque sea lleno de contrastes … Gran crónica profesor Barrientos “

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