Natasha

También se graduó

Inesperadamente, una mañana de un aperezado lunes de febrero, ingresó por la pequeña puerta del colegio del barrio Fuente Clara de Medellín, Natasha, la encargada de transformar la aburrición en carnaval. Con la perrita criolla llegó la luz a las aulas. Era 2011 en el Camilo Mora Carrasquilla, una estrecha institución educativa, que, por falta de inversión municipal, sus paredes mostraban heridas que descascaraban la indiferencia de la alcaldía.

En el centroccidente de la ciudad, este pedacito de Robledo (comuna 7) es el corazón de quienes el barrio habitan.  Al Camilo Mora le faltaba un no sé qué, pero algo faltaba, por eso, al llegar Natasha la respuesta se dio. Sin matricularse se convirtió en estudiante. Sin pedir permiso se instaló dentro de los desgastados muros del centro escolar. Su olfato juguetón la trajo detrás de Marcelo Mosquera, un generoso estudiante de séptimo grado, quien, al acariciar la cabeza la invitó sin invitarle. Entró al salón donde se hallaba Yuri Marcela Cano, la profe de matemáticas, dispuesta a comenzar la clase, de ese comienzo de semana. Después de llamar a lista indagó sobre la peludita que, tendida a los pies del niño, escuchaba mientras dormitaba.

  • Marcelo la nombró: “Natasha, profe, se llama, pero le digo Sasha. Vive cerca de mi casa y se vino tras de mi”.
  • La perrita se paró al escuchar su voz, como diciendo ¡presente!

Yuri la agregó a su lista, y el grupo con un ruidoso aplauso la aceptó.  Desde ese instante todo cambió. La prioridad no eran los exámenes sino la criolla protagonista. Nadie la rechazó porque a todos encandiló. Llegaba a las 6 de la mañana, y cuando el timbre sonaba, era la primera en salir a descanso, donde a todos regalaba trocitos de su bondad. Al finalizar la jornada, en la puerta a Marcelo esperaba.

Cuando la muchachada rotaba su acceso al aula, era la primera de la fila que a clase ingresaba.  Nunca ladró, pero, eso sí, siempre su colita agitaba. Silenciosa llegaba y salía hasta el siguiente día. Durante cuatro meses escuchó diversos temas. Nunca el rector por indisciplina le hizo anotación. A dos entregas de notas asistió. Su nariz la reprobación no olía.  Pero un día Sasha (como Marcelo le decía) faltó. Ese día de gris se pintó. La soledad acompañó a la multitud en la formación. Las palabras de los profes en las lágrimas rebotaban.

Como era docente de Filosofía, ese día me pidieron resolver lo que respuesta no tenía. Hasta su humilde vivienda bajé (a orillas de La Iguaná), y, en compañía de Juan Pablo (estudiante de noveno, su padre era veterinario) y Carlos (el otro profe de matemáticas) a Castilla llegué con los ojos en neblina. En el consultorio dejé a la peludita blanca con pecas negras.

En el 2014 no estuvo en la inauguración de nuevas paredes, pero, allí se hospedó porque protagoniza esta historia de ficción, al ser la única perrita estudiante de un colegio de Medellín.

Trece años después, Natasha ladra en esta página diciendo gracias, al diplomarla de maestra en la escuela donde enseñó lealtad, así, no nos hablara.

Mayo 3 de 2024

Imagen tomada de Pinterest.

pensamientos de 20 \"NATASHA\"

  1. Natacha llegó a despertar en esos muchachos » el amor perruno » que quien lo ha sentido sabe que es el más verdadero, sincero, leal y desinteresado de todos los amores. Que historia tan maravillosa. Gracias por compartirla.

  2. Conmovedora tu nota, con una protagonista especial, cariñosa y digna de todo el amor de quienes la rodearon y vieron sus adelantos en las clases. Bella historia, ome Héctor. Natasha vive. Hasta mí llegan sus dulces ladridos de silencio. Un abrazo.

  3. Dentro de los cánidos sin lugar a dudas el perro doméstico ha tenido tiene y tendrá una estrecha relación con el hombre, lo demuestra Natacha que se encariño no solamente con Marcelo, lo hizo con todo el grupo. Buena y simpática crónica Héctor.

  4. Qué mejor ejemplo, desde terreno, para enseñar el respeto por los animales.
    Profe, estudiantes y cronista jamás olvidarán esos inolvidables momentos.
    Las mascotas sabrán agradecer tus palabras que mueven sentimientos de afecto hacia ellos.

  5. “ Si alguno de nosotros queremos saber lo que es gratitud, solo tenemos que desviar la mirada hacia las mascotas, en las universidades esto no se enseña. Conmovedora historia profesor Barrientos “

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