¿Me lo reinicías?

Sí, ¡claro!, por cincuenta lucas.

En este instante, cuando la euforia rompió el dique de tu alegría celebrando la compra de tu nuevo portátil, aprovecho para contarte que éste también tiene parientes que alguna vez llegaron para hacer parte de esta historia. Te contaré que el primer computador llega al país el 3 de marzo de 1957.  Era un IBM 650 que funcionaba con tubos, como los de los radios abuelos. Éste fue traído por la cervecera Bavaria, de Bogotá, dejándonos una enseñanza: no todas las borracheras embriagan porque era tan grande como un pesado escaparate, y, sin embargo, entre cerveza y cerveza lo trajo la productora de esta bebida fermentada.  Coltejer y EPM, de Medellín, en 1958 adoptaron la prehistórica tecnología. No fue sencillo llegar hasta la comodidad que disfrutas ahora porque la información se guardaba en tarjetas perforadas, siendo su memoria, un cilindro imantado que leía el contenido de la tarjeta.

(Imagen tomada de Pinterest)

Tuvo que llegar el año 1961 para que Fabricato – otra textilera de acá – adquiriera un IBM 1401, siendo el primer computador de transistor que llegó a Colombia; era grande pero no tanto como el insufrible escaparate que compró Coltejer.

Ya en 1980, un computador, no tan portátil como el que adquiriste, pero tampoco tan pesado como los primeros, valía $ 650.000 y el programa contable $ 90.000: ¡un platal! para ese entonces, ya que el salario mínimo era de $ 9.261; per, ayer como hoy, no todas las personas de esta ciudad y el país, tuvieron ni tienen acceso a este dispositivo tecnológico.  Gris olor a inequidad porque existen quienes no poseen, siquiera, la conectividad de su celular. Ese es el precio de la injusticia cuando muchos no tendrán dónde sistematizar sus carencias: sólo queda no olvidar una fractura social con muchas deudas sin cancelar.

Marzo 27 de 2021