“Me aterra”

Decía la doña de la cuadra

Medellín tenía miedo y santiguarse (cuando se salía de casa) era lo único que salvaba porque ese año 6.622 personas (cifras oficiales) habían fallecido violentamente: los ¡boom!, ¡taztaztaz!, y ¡tarrrrrr! ensordecían. Y como si no fuera poco tanto horror, el 22 de julio de ese año, el patrón había huido de la cárcel que él había construido.

Pero faltaba más. Según el gobierno nacional, El fenómeno del Niño secó las represas del país, entonces, la única solución era apagar al país para ahorrar agua. Así que, entre el 2 de marzo de 1992 y el 7 de febrero de 1993, se clausuraron los bombillos y las estufas dejaron de acariciar el culo de las ollas – durante 9 horas cada noche – alimentando el miedo vivido: las velas recobraron su importancia al ser más apetecidas que las cervezas.

Pero faltaba más. El 1 de mayo de 1992, el gobierno de César Gaviria (1990 – 1994) adelantó los relojes una hora, reinventando la luz, según él.  Las cinco eran las seis, dizque para aprovechar la claridad del amanecer, y para que el susto no espantara el alma del millón seiscientos mil medellinenses (Colombia tenía 36 millones de habitantes) se crearon noches diferentes. Los viejos contaban historias inverosímiles a sus nietos; los nietos creaban en las aceras sus propios juegos; los adolescentes aprovechaban la oscuridad para besar su amor imaginario, y los adultos rezaban para que el estallido no apareciera por su cuadra. En la avenida La Playa no hubo alumbrados (el papel metalizado era la piel de las figuras que adornaron esta tradición) ni hubo arbolitos parpadeando, ni estrén para chicanear (ante qué ojos íbamos a presumir si nadie nos veía, se quejaba la doña de la cuadra). Así transcurrieron once meses de oscuridad perpetua; pero cuando la energía eléctrica regresó, se iluminó la resiliencia de una ciudad que no conoce obstáculos para volverse a levantarse sin importar el olor ni el dolor de la caída.

Julio 3 de 2022

 

pensamientos de 13 \"ME ATERRA\"

    1. Por la un lado, la vergüenza perpetua de una marca paisa llamada narcotrafico, la cual nos presume hoy en día en el mundo. Por otro lado, la ineptitud de un gobierno que en su tiempo que presumía tenerlo en la cárcel, mientras el mismo mandó a construir la celda. (macondo). Vivía como en casa y luego se fue, no se fugó. ( para mi). Esa es la mejor muestra de que el poder y el dinero casi siempre es usado para atropello de la clase vulnerable, la que pagó, pagó y pagó la energía faltante para que los vagos gobernantes vivieran hasta nuestros días como burgueses.

  1. Por la un lado, la vergüenza perpetua de una marca paisa llamada narcotrafico, la cual nos presume hoy en día en el mundo. Por otro lado, la ineptitud de un gobierno que en su tiempo que presumía tenerlo en la cárcel, mientras el mismo mandó a construir la celda. (macondo). Vivía como en casa y luego se fue, no se fugó. ( para mi). Esa es la mejor muestra de que el poder y el dinero casi siempre es usado para atropello de la clase vulnerable, la que pagó, pagó y pagó la energía faltante para que los vagos gobernantes vivieran hasta nuestros días como burgueses.

  2. “ Dias y meces aciagos , que como hoy evidencian la ineptitud de nuestros líderes políticos y corruptos donde siempre a primado los intereses individuales sobre los grupales . Y lo más lamentable es que hoy se siente que nada a cambiado en ese sentido , profesor Barrientos “

  3. Desde el Frente Nacional, hasta nuestros días, ha hecho carrera la frase: «El peor Presidente de la República, siempre es el último». En ese tiempo era el turno de César Gaviria. Hoy en día, el apagón o el cambio de horario, serían nimiedades.

  4. Eran tantas las personas afectadas de aquella época violenta producto del narcotráfico y narcopolítica que mucha parte de la población tenía relación familiar o de amistad con alguna víctima directa o indirectas de los atentados. Casi que someten al estado.

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