La alborada
Su origen
Alguien la inventó sin imaginar que los pájaros perderían su GPS y estrellarían sus vidas contra las vidrieras; tampoco que el Firulais moriría de infarto; menos que doña Lola no pudiera escuchar el amor que su hija le expresaba, o que Mateito permaneciera en el pabellón de quemados del hospital sin poder dormir: muchos disfrutan de tanta explosión junta, pero otros desaprueban estos diecinueve años de dar la bienvenida a diciembre con pólvora.
Entonces, me preguntarás. ¿Cuál fue su origen? Pues todo comenzó cuando Diego Fernando Bejarano Murillo (don Berna) ordenó a los casi novecientos hombres y mujeres que comandaba, en el Bloque cacique Nutibara (grupo que controlaba las esquinas de todas las cuadras) comprar todo lo que oliera a estallido para celebrar su desmovilización, ocurrida el 25 del mes once de 2003, con el pretexto de saludar la llegada del último mes de ese año. Por eso, a las 11 de la noche, del 30 de noviembre, durante 1 hora, la periferia de la ciudad debería recibir el primer día de diciembre, con rudeza patriarcal para mantener vigente su poder (a pesar de su desmovilización) ya que él autorizaba todo lo que acontecía en Medellín. Donbernabilidad llamaban al control que ejercía sobre la cotidianidad de las dos millones doscientas mil almas que habitaban la ciudad.
Diecinueve años después, en este preciso instante, quienes aplauden este juego de ruidosas luces, se parchan en el Mirador de las Palmas para disfrutar de la alborada, sin imaginar que el Firulais, doña Lola, Mateito, o el ave sin GPS, existen.
30 de noviembre de 2022
Un exabrupto total contra la tranquilidad antioqueña y a quienes no somos adeptos a este tipo de vejámenes de circo.
Cuándo volveremos a la tranquilidad de otrora?
Horacio. Gracias por estar ahí, siempre.
No sé porque se les metió en la cabeza que navidad es buena si se tiran polvoras. No sé debería hacer así
Fídel. Gracia por comentar y leer la crónica. Te espero en la próxima.
Por ahí hubo un alcalde que se gasto más de 3 mil millones de pesos en una inauguración de unos juegos hace varios años y otros que quemaban la plata en juegos pirotécnicos en diciembre y luego llegaron los paras con los que tenían cercanías de oficina y putiaron Medellin y dejaron un séquito de seguidores que añoran el despilfarro y la destrucción de los recursos naturales y de la tranquilidad de la ciudad.
Fercho, gracias por leer y opinar sobre el tema que plantea la crónica.
Herencia ignominiosa de la «cultura» paraca y mafiosa en Medellín y sus alrededores. Saludos, apreciado Héctor.
Gracias, Reinaldo, por leer y comentar la crónica. Te espero en la próxima.
Todavía persiste esta práctica. Parece que el ser humano tiene un gen que lo hace disfrutar de escenas grotescas como las que se hacían en el gran circo romano y las que se hacen actualmente como las corridas de toros, las corralejas de Sincelejo y la alborada en Medellín. Esperemos que algún día desaparezcan y se tome conciencia del perjuicio que ocasionan.
Jaime, muchas gracias por leer la crónica y compartir tu comentario.
Es muy importante recordar el origen de estas malas practicas. Es solo una apología al delito, que se debe terminar.
Gracias, Óscar, por leer y opinar la crónica. Te espero en la próxima.
Donbernabilidad y el Innombrable, la misma cosa dá; Que bueno sería que todo ese dinero gastado en basura el 30 de noviembre de cada año, fuese destinado para que por lo menos doña Lola, mateito, firulais y millones de niños sin comida y sin techo, tengan techo y comida esa noche, Pero no, nos rige lo malo al atropello al prójimo.
Neftalí. Gracias por leer y comentar la crónica. Te espero en la siguiente.
Esos que supuestamente se desmovilizaron, hoy son los que siguen mandando en las esquinas, lavaderos de carros, cobros a los venteros y en el concejo de la ciudad mientras el alcalde le echa la culpa a Petro.
“ Es un contrasentido total esa tal alborada ,para justificar la bienvenida del mes de Diciembre; es una lástima que aún siga vigente esa cultura traqueta en nuestro querido Medellín . Repudio total a dicha práctica profesor Barrientos”
Rubencho. Gracias por estar ahí, como siempre.
Seguimos siendo tan indolentes como cuando se publicó esta crónica.
Qué làstima
Horacio. Gracias, gracias, gracias por leer y opinar esta crónica.