Héctor Abad Gómez

1921 – 1987

“La ciudad se desbarata, pero aquí no hablan sino de fútbol”.

Horas previas a la irreparable tragedia.

La bondad resume la biografía de quien fue (y sigue siendo) un humano demasiado humano. Él llegó a este mundo para defender a quienes son arrinconados por el poder de siempre, convirtiéndose en la voz de la desesperanza, en la búsqueda del desaparecido, en la inspiración del marginado, en el hombro del excluido, en el hermano de la vida,  en el amigo de los necesitados, y, por eso, la mezquindad de quienes no sienten el dolor ajeno acabaron con su respirar cuando defendía lo que todos ignoraban, la dignidad del más débil:  durante 66 años soñó encontrar la justicia entre tanta indolencia.

Héctor Abad Gómez vivió feliz porque no tuvo miedo de creer en la esperanza de hallar (algún día) una bandera sin color, tolerante, sin gritos, sin armas, sin enemigos, sin hambre, con escuelas, con hospitales, sin corrupción,  con medicina preventiva, con agua potable;  pero los que quieren que nada cambie desvanecieron su contagiosa carcajada cuando iba a ingresar a dar su abrazo solidario (horas antes, en el mismo lugar habían asesinado al presidente del gremio de educadores de Antioquia, Luis Felipe Vélez) a los maestros en ADIDA. Acompañado de su colega Leonardo Betancur acudió a esta cita fraterna, pero ambos se encontraron, ese martes 25 de agosto de 1987, con la barbarie del odio en la que se había transformado la historia de Medellín en esos grises días.

Aunque su cuerpo no esté presente, mi memoria no borrará su optimismo, ni su compromiso incondicional con quien requería de su ayuda para reclamar lo justo sobre el mapa de la inequidad. Hoy (en este modesto homenaje) quiero recordar al médico, al escritor, al padre, al periodista, al maestro, al ciudadano, y lo imagino regalándole rosas a doña Cecilia, mientras su sonrisa desapegada dibuja dos corazones perfumados por el amor en el cielo de su reencuentro, después de haber compartido juntos la experiencia de haber vivido sin sospechar la maldad que transpiran algunos cuando huelen el significado de la generosidad.

Marzo 6 de 2022

pensamientos de 11 \"HÉCTOR ABAD GÓMEZ\"

  1. “ El mejor homenaje que se le puedes hacer a un gran testimonio de sencillez , humildad , bondad y amor por el prójimo , en esta crónica dedicada al gran maestro Dr Héctor Abad Gomez … En buena hora profesor Barrientos”

  2. … «LA DIGNIDAD DEL MAS DÉBIL», y los tres rostros cómo portada principal, me trasmiten el indigno olor del lugar llamado, » colegio, Héctor Habad Gómez» en alusión a su nombre, mientras puertas adentro y puestas afuera, huele a traición del verdadero significado de su memoria, de la cual no se interesan porque no es modo ni moda.

  3. Estaba yo de primíparo en la U de A cuando sucedió la tragedia, los lideres cívicos eran asesinados vilmente, cuántos más deberán caer antes de que termine este barbarie que nos azota día a día y que no muestra el inicio del fin.

  4. Buena crónica para este gran filántropo, médico, profesor universitario, de profundos conocimiento en el campo de la salud pública, que se preocupó por la medicina preventiva de las clases menos favorecidas.

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