Gozando barato

sin pena alguna

Poco a poco fueron llegando porque la perpetua violencia de sus parcelas los echó. Poco a poco van llegando el domingo, en la tarde, porque el voz a voz se regó. Ese divertido rumor invitaba a gozar barato, como escribió Amanda en el grupo de guasá (como ella lo llama) que tiene con sus tías. Archivaron la nostalgia de su expulsión para revivir el corazón con la música que guasca llaman.  Ese texto virtual les convocaba a disfrutar en el ombligo de Medellín, en el mismísimo parque de Berrío. En este rinconcito central las miradas seducen, el guiño parpadea amoroso, los coloridos trajes abrazan, las gafas solares enamoran, y la búsqueda busca su pareja: esta mágica manera de cortejar permite singulares brinquitos que dibujan las sonrisas de quienes participan de la algarabía. Uno de los tres improvisados músicos, acaricia el tiple que sugiere al cantante empezar. “Soy un negro montañero que me vine a divertir / hay perdonan los señores que no los dejé dormir”. Y de una, las tías de Amanda agarran al hombre más cercano, iniciando así, la farra. Uno de ellos no brinca (usual en este ritmo) sino que las suelas arrastra.  Ella le pisa para que deje la caracajada. Quizás, los bailarin@s ignoren la influencia del cine mejicano en la ciudad, cuando con sus películas también llegaban los corridos norteños que motivaron la versión paisa entre los campesinos radicados en la urbe rural. Eran los años treinta, cuarenta y cincuenta, y, a través de los rieles de la carrilera viajaba la aceptación por este género musical.

“Hombre yo por lo que veo la gente de la ciudad / no me dan a los tobillos / pa´beber y parrandiar”, continúa el cantor, mientras animados pies zarandean los cuerpos. Don Abdón, quien desde santo Domingo Savio bajó, mueve sus brazos como ventilador estrenando aspas, en tanto, la mayor de las tías, con un leve golpecito le recuerda que no tiene alas. La canción “El negro picante” (autoría de dos Joséses, Muñoz y Bedoya, en 1963) es responsable, que este lado de la plaza “tuquio” esté, como afirma la menor de las tías de Amanda, al ver este sunami de alegría, de genuina felicidad popular.

Diciembre 22 de 2024

pensamientos de 10 \"GOZANDO BARATO\"

  1. “ La espontaneidad de todos esos bailarines callejeros , reflejan la realidad de esos habitantes anónimos que muchas veces viven en las laderas de nuestras ciudades y que ven en esos espacios la oportunidad de disfrazar sus tristezas cotidianas , y de una manera muy sencilla nos enseñan que para ser felices solo se necesita querer serlo , gran homenaje a esas nobles familias y mejor personas “

  2. De una a otra forma hemos visto semejante farra, en donde se gasta poco, y en donde su única intención es disfrutar lo que otros por vergüenza y clasismo no saben disfrutar. Y como dices en el título: Gozando barato sin pena alguna.

  3. Esos artistas y bailarines callejeros, algunos desplazados por la violencia, nos divierten las tardes de viernes, sábados y hasta domingos. Frecuentemente los observo, y me embeleso ecuchándolos y hasta les doy la liga , Pues la mayoría de ellos hacen estos espectaculos con la intención de recibir la ofrenda de quién los observa, para poder subsistir. Hay que valorarles su trabajo.

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