En los pupitres

Faltaban ellas

 

Tuvieron que pasar 132 años (desde que fue creada) para que tres damas recibieran sus diplomas en uno de los oficios que ellos autorizaban porque tenían miedo que ellas se liberaran. Mejor dicho, los manes creían que la casa del hombre era el mundo, y el mundo de la mujer era la casa, ignorando, su exceso de testosterona, a la inteligente valentía de quienes defendieron la igualdad como derecho que garantizaría su protagonismo histórico. La Asamblea de Antioquia (donde todos eran meros machos) por fin se enteró que ellas existían, al aprobar las Ordenanzas 30 y 31 de 1933, reglamentando, así, el acceso de las mujeres a la Universidad de Antioquia, a carreras de bajo perfil que no lesionaran su masculino ego. Egresaron, entonces, de la Escuela Dental en 1935, Mariana Arango Trujillo, Amanda Guendica y Rosa María Navarro.

Pero para que ellas eligieran lo que querían estudiar, se debía crear un colegio femenino que ofreciera el bachillerato completo. Ante esta necesidad a Joaquín Vallejo Arbeláez, quien era el “manda callar” de la educación pública en Antioquia, se le activó la idea de convertir la Normal de Señoritas en el CEFA, a través de la Ordenanza 17 de 1935, e invitó en 1936 a la pedagoga barcelonés Enriqueta Sèculi i Bastida a liderar el recién creado colegio.  Enriqueta expulsó todo lo que excluía a la mujer en la naciente institución, pero los depredadores del equilibrio (que aún no se han extinguido) que controlaban hasta cómo debían vestir las 92.000 mujeres que habitaban Medellín, la amenazaron, obligándole regresar a su país. Debido a este abuso patriarcal, las estudiantes del Instituto Central Femenino (CEFA) suspendieron sus clases, logrando la destitución del gobernador en 1937. Este hecho nutrió la valentía de las jovencitas para continuar reclamando libertad en sus vidas, inspiradas en las tres primeras egresadas de la U de A. En 1941 aumentó la cantidad de muchachas que ocuparon el pupitre universitario en carreras exclusivas para los varones como Medicina, donde Gloria Glottman se gradúo en 1947. Antes de este logro de género, la Universidad de Antioquia había diplomado a 486 médicos y ninguna mujer. Así de estrecha era (y sigue siendo) la Medellín que defienden quienes creen que su finca es el planeta.

“¡Parce! Seguiremos resistiendo a la barbuda historia que nos sigue negando”. Dice quien no renunciará a marchar mientras degustamos el tinto de “Tronquitos”, la cafetería de la de Antioquia que sirve solidaridad en su menú principal.  Esa tarde de reencuentros nació esta crónica al recordar que todos los días son 8 de marzo, porque María Cano, Betsabé Espinal, Devora Arango y tantas anónimas luchadoras están presentes, así, la memoria masculina las quiera borrar.

 

Marzo 11 de 2024

 

Imagen tomada de X

pensamientos de 14 \"EN LOS PUPITRES\"

  1. Larga y valiente ha sido la lucha de las mujeres aquí y allá, por sus derechos y reivindicaciones. Qué bueno que recordaste esas faenas de mujeres que querían ir más allá de lo doméstico y tener visibilidad por su intelecto y capacidad en una sociedad excluyente. Mariana, Amanda y Rosa María… y todas las que siguieron. Tomémonos un café por ellas y sus logros históricos. Saludos, ome Héctor.

  2. Y pensar que todavía persisten posiciones de machos que perfilan saberes, conoceres, actividades exclusivos para hombres. Se sienten violentados al ver una mujer manejando una tractomula, estudiando mecánica automotriz o siendo instructora de aviación. Hombres machos estudiando enfermería? Qué tal!, eso es pa’maricones.
    *Sociedad pacata, de mentes rancias y estrechas.*

  3. !!Gran homenaje profesor Barrientos, a esos seres humanos maravillosos y que han dignificado nuestras familias en la mayoría de las veces con su ímpetu, constancia y dedicación por lo que hacen . En buena hora esta hermosa crónica!!

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