El preso que amenazó

a quien no fue Preso

 

Dos frases, “el vivo vive del bobo” y “mijo, consiga plata decentemente, si puede, sino, consiga plata”, llenaron de vivarachos este país. Estos tatarabuelos mensajes se transformaron en “golié” cuando a los gritos un pelaito (mi vecinito) corre a contarle a sus amiguitos que se “voló” sin pagar los chitos, en la tienda de la cuadra.  Y con su ego inflado narra orgulloso su ilícita travesura, aprendida, obvio, de dichas frases. En los anteriores renglones explicaré por qué Amaranto Velásquez, quien estuvo detenido por homicidio, quiso robar el talento musical de Álvaro Velásquez Balcázar (1946 -2014) al reclamar la autoría intelectual de “El Preso”, la icónica canción de salsa grabada el 25 de febrero de 1975 por Fruko y sus Tesos. En ese instante existían los discos de acetato, y para identificar cada corte, la disquera adhería una etiqueta en la que se leía el título, la letra inicial del nombre, y el primer apellido del autor, de la siguiente manera: El preso / A Velásquez. “De papayita”, pensó el pillo reclamante. “Me llamo Amaranto, soy Velásquez, y lo que cuentan ahí, lo viví en Bellavista durante muchos años”.

¿Qué tuvo que hacer el creador de, “en el mundo en que yo vivo / siempre hay cuatro esquinas / pero entre esquina y esquina / siempre habrá lo mismo”, para demostrar su paternidad salsera? Pues acudir al presentador de la televisión nacional más popular de la época, Fernando González “Pacheco” (1932 – 2014) porque para los colombianos, lo que no muestre la tele no existe. En el programa de entrevistas que tenía “Pacheco” (el vividor también fue invitado) el músico propuso inventar un verso sobre los elementos que se hallaban en el estudio de grabación: el teléfono, el sofá, un cuadro, una lámpara, y tres pocillos. Como el impostor no fue capaz de asumir el reto, quedó evidenciado ante los televidentes quién había escrito El Preso, Álvaro Velásquez Balcázar.

 

  • ¿El pillo que hizo? Te preguntarás.
  • Pues lo que hacen los bandidos: amenazar de muerte a su víctima.

 

A partir de ese programa se conoce el origen de este conocidísimo tema, que inicialmente su autor lo pensó en ritmo vallenato. En 1974 Los Graduados (agrupación de pentagrama bailable) fundada en Medellín por Gustavo Quintero (a la que pertenecía Álvaro como percusionista) hacían su gira por Canadá.   En Toronto alguien le contó que su amigo de infancia en Bello (norte del Valle de Aburrá) Gustavo Gómez, donde nació Álvaro, estaba detenido en ese país pagando de 30 años por narcotráfico, entonces lo visita y éste le narra las dificultades que padece en esa celda norteamericana. Conmovido comienza a imaginar la canción, escribiéndola a su regreso. Se la entrega a Julio Ernesto Estrada (Fruko) para que le adapte el ritmo, y  Wilson Manyoma – Saoko – (1951 – 2025) la cante: el maestro Álvaro Velásquez Balcázar se inmortalizó, mientras que los Amarantos, por tirárselas de vivos tienen hacinada a Bellavista y demás cárceles del país porque lo único que saben hacer es hacerle trampa al esfuerzo ajeno.

 

Agosto 14 de 2025

 

pensamientos de 8 \"EL PRESO QUE AMENAZÓ\"

  1. Un refrân que se quedó en el colectivo del antioqueño y que pasó de generación en generación.
    Algunos lo quieren hacer real en los negocios y para pocos funcionan ya, pues se conoce el final

  2. De Amarantos de cuello blanco está invadido este inmenso platanal, no es sino que echemos una miradita al congreso de esta republiqueta.
    «…pero entre esquina y esquina, siempre habrá lo mismo…»

  3. Los que se lucran del esfuerzo de los demás están por doquier; por tal razón las ideas geniales deben convertirse en realidad con ayuda de personas que aporten y que reconozcan la autoria.

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