¡QUÉ HUBO PUES! ¡TÓMATE LA SELFIE!

LA PRIMERA FOTO

La timidez de entonces, fue convencida para no ponerse colorada de la pena cuando sus ojos aparecieran en un extraño papel que no era papel. En ese instante, esa ausencia de pánico persuadió a todos en el pueblito (temeroso de los espantos a pesar de sus 51 años de haber sido creado (por decreto) capital (con 259 años de edad, en ese momento) a congelar el tiempo cuando nadie imaginaba un reloj amarrado a la muñeca de alguna mano: ni el más poderoso de la época soñó que se podría comprar un Rolex para presumirlo ante quienes (la inmensa mayoría) ni zapatos tenían.

¿Y, qué fue lo que pasó?

Pues que alguien tomó la primera foto en la ingenua Medellín de esa época. Ese alguien (con nombre de sospechosa pronunciación) Emil Herbruger (1808 – 1894) era un fotógrafo alemán, radicado en Panamá (cuando era de Colombia) y de visita por acá captó la primera fotografía a Froilana Sáenz de Lince, dama de la elite de esos años. En 1875 se retrató por primera vez a quien tuvo con que pagar esa complicada técnica para verse reflejada sobre ese intimidante espejo.

¿Y, cómo lo hizo Emil?

Ome (como decimos por estos lados para apacharrar la palabra hombre) agregando mercurio a un rectángulo de plata, el cual se mojaba – previamente – con vapores de yodo. Y, así, (como cuando hacemos magia chasqueando los
dedos) la señora apareció dibujada con su costoso sombrero, el mismo que certificaba su caché para dejar la huella de su emperifollado estrato económico.

Desde ese lejano momento la fotografía evolucionó democratizando nuestra vanidad, por eso, todos prolongamos nuestros recuerdos cuando olemos (suspirando) lo breve que somos: “Qué hubo pues: ¡tómate la selfie!”; decimos para ocultar nuestra fragilidad, porque un día estaremos en el olvido del recuerdo.

Junio 14 de 2022

pensamientos de 16 \"¡QUÉ HUBO PUES! ¡TÓMATE LA SELFIE!\"

  1. Tener un Rolex mientras la gran mayoría no tenía zapatos… yo breve que somos… la clases sociales no deberían existir porque perfilan el ser humano.

  2. Cuando estaba pelaíto fue un fotógrafo con su cámara grande y se volvió un espectáculo fotografiando a todo el barrio, los que tenían conque, cuando me iban a tomar mi foto el perro del barrio»chapolo» se hizo a mi costado y por más que le daba con la punta del zapato no quiso irse y quedó en mi foto para burlas de toda mi familia durante años. Hoy la foto no existe porque ni venganza fue rasgarla y varias de sus copias.

  3. » Y lo mejor de ver los retratos ( así lo decíamos antes ),es reconocer que cada vez somos más jóvenes, el tema es que se nos olvida todo»
    Interesante y especial esta crónica profesor Barrientos…..Fernando creo que aún te busca Chapolo «

  4. Muchos de nosotros nos tomamos fotos en el parque Bolívar o en el parque Berrío con esas máquinas de antaño y que ahora son reliquias y que aunque pocas, todavía se conservan .
    Gracias por este rememorar nuestro pasado, para algunos una burla, para otros un bello momento.

  5. Excelente articulo me transportó al momento, todo el tiempo que paso para que el color llegara, ahora una foto es algo cotidiano poco trascendental la digitalización le quito el encanto y el misterio a la fotografia.

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