De regreso

Se reencontró

Su barrio de casitas apeñuscadas dejó. Le dijeron que allá los dólares sobraban. Quince días por El Paso bastaron para que un invierno eterno le congelara hasta las lágrimas, y, con la mirada ahogada desempacó a su viejo escuchando tangos, mientras desarrugaba la camisa que doña Amanda le planchó.  Esa noche, y todas las demás, se cobijó con sus recuerdos: extrañó los juegos con sus compañeritos de barriada, los goles que se comió en el picadito de la cuadra, y las polas que en el parque le fiaban, sin sueño lo dejaron. Lo que no le dijeron a Fernando Villada Torres, que su regreso canas tendría.

Cuando el país adoptivo lo autorizó (había ingresado sin los documentos exigidos) habían pasado 34 años 5 meses y 7 días desde aquel nublado sábado, cuando en el José María Córdova su familia lo despidió. Ese largo tiempo ausentó sus sentimientos porque la ciudad que encontró no era la misma: Medellín hacía veintinueve años había estrenado Metro, sus vecinos eran otros, Toño – su papá – y Mandes – su hermana – ya no estaban. Tanta soledad lo acompañó hasta que entendió que los billetes no llenan el alma. Que la riqueza está en la calidez del saludo, degustando las empanadas de Chila, con los parceros que no cambian. Décadas sin escuchar al que gritaba “aguacateeeee”, echó de menos la sazón de su mamá. De estos pequeños nutrientes se perdió por estar limpiando casas. “Shampo” le llamaron y su nombre borraron. Al volver valora lo incomprable, lo que no venden en ninguna parte porque cada instante perdido vale más que un Ferrari. Cerca a los suyos se asombra con pequeñeces, con lo que tatúa el alma, mientras dos gotitas desandan sus pómulos cuando estalla en melancolía, al ver a Paula (su hija) y Nicolás (el nieto) acariciando su nostalgia. Su humildad reaprende lo valioso de lo esencial, lo que ningún centro comercial exhibirá porque algún día llegaremos (es cuestión de tiempo) donde el dinero de nada sirve cuando doña Amanda, de 89 años, no se acordaba del rostro que a casa regresaba.

Agosto 11 de 2024

pensamientos de 20 \"DE REGRESO\"

  1. Es la realiadad de los migrantes y emigrantes , la mayoría jóvenes que lo dejan todo en el país de origen, en busca de mejores oportunidades laborales en otros países, y solo valoran lo que dejaron cuando regresan. Buen relato Héctor

  2. Sólo queda decir con Mercedes Sosa:
    «Uno vuelve siempre
    a los viejos sitios donde amó la vida
    y entonces comprende
    cómo están de ausentes
    las cosas queridas.»

  3. “ Todo exilio voluntario tiene muchos vicios de nostalgia y la llegada de mi hermano a su barrio no fue la excepción , demasiados sentimientos encontrados que solo se materializaron en un gran abrazo entre familiares , amigos, vecinos ; lagrimas y risas compartidas; aunadas a grandes recuerdos familiares y de barriada . Gran homenaje profesor Barrientos en cabeza de mi hermano , para tantos compatriotas nuestros que por una u otra razón , se ausentan de su tierra , para luego regresar y añorar los tiempos de lejanía con los suyos . Hermosa crónica Profesor “

    1. Rubencho. Gracias por comentar con todo tu sentimiento esta crónica. Gracias por ser tan humano en tus conceptos y vida personal. Gracias totales, como decía el gran Cerati.

  4. Es maravilloso leer en este relato corto, la semblanza de un sueño del ahora más famoso miembro de la familia: el muy popular Shampoo, cuya historia ya no solo le pertenece a él y a nosotros, su familia, sino también a millones de personas que se conmovieron y conectaron con ella en Estados Unidos, Argentina, España, Portugal, Brasil, Chile y, por supuesto, Colombia, entre otros países, gracias a la magia de las redes sociales. El texto que celebro y valoro se suma con una gran calidad a las voces de esperanza -curioso, así se llama su esposa, Esperanza- que vieron en la historia de nuestro hermano mayor, una inspiración real, de gente común y corriente, que luchan en la clandestinidad de su humildad por el logro de los mismos. Es así como 34 años después, Shampoo regresa a su semilla y ve como las “apeñuscadas” casas que dejó entonces, crecieron como sus sueños ahora alcanzados. El barrio, su ciudad, como él, ya no son lo mismo. Son mejores, sin duda. Gracias Héctor por dar cuenta de este regreso de fe.

  5. Es maravilloso leer en este relato corto, la semblanza de un sueño del ahora más famoso miembro de la familia: el muy popular Shampoo, cuya historia ya no solo le pertenece a él y a nosotros, su familia, sino también a millones de personas que se conmovieron y conectaron con ella en Estados Unidos, Argentina, España, Portugal, Brasil, Chile y, por supuesto, Colombia, entre otros países, gracias a la magia de las redes sociales. El texto que celebro y valoro se suma con una gran calidad a las voces de esperanza -curioso, así se llama su esposa, Esperanza- que vieron en la historia de nuestro hermano mayor, una inspiración real, de gente común y corriente, que luchan en la clandestinidad de su humildad por el logro de los mismos. Es así como 34 años después, Shampoo regresa a su semilla y ve como las “apeñuscadas” casas que dejó entonces, crecieron como sus sueños ahora alcanzados. El barrio, su ciudad, como él, ya no son lo mismo. Son mejores, sin duda. Gracias Héctor por dar cuenta de este regreso de fe.

  6. Es muy gratificante nosotros como familia -ahora Shampoo es nuestro rock star de Tik Tok- leer crónicas como esta de Héctor, en la que nos dimensiona lo hecho por Shampoo, quien durante 34 años mantuvo la fe ciega de su regreso a Colombia. Este es un verdadero milagro de fe que adquiere otra dimensión cuando personas como Héctor las describe con palabras tan acertadas como sentidas. Como las casas de entonces, ese sueño del negro creció como su barrio durante 34 años y como su barrio, diferente, grande y majestuoso quizás, la esencia humana de Shampoo se mantuvo intacta y es así como el barrio, nosotros y Shampoo nos unimos en una misma felicidad que hoy seguimos sintiendo como un sueño hecho realidad.

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