“¡Cumpliditos, pues!”

El Parque Lineal Ciudad del Río

En el parlache – lenguaje alterno utilizado por los jóvenes de la periferia de la ciudad, durante los años ochenta del siglo veinte, para evitar que la autoridad les entendiera sus cruces ilegales – de nuestros abuelos, “tuquio”, significaba lleno, repleto, ocupado. Así, pero sin ese clásico abecedario de mondongos y suspiros, se halla, cada fin de semana, una zona de Medellín que se ancló para el reencuentro. Desde el año 2011, aquí se viven historias de tranquilidad sonriente a pesar del bullicioso agite del suroriente, de la encementada urbe.

“Nos pillamos allá, en Ciudad del Río… pero, pilas, ¡cumpliditos, pues!”, manifestó Susana a sus compañeros del sexto semestre cuando se enteraron que habían aprobado su sudor académico.  Y, como ellos, también se citaron los amigos del trabajo, los amigos de la infancia, los amigos de los amigos, los amigos sin amigos; quienes acuden sin falta para hablar, reír, recordar, celebrar, jugar, saltar, caminar, soñar, pintar grafitis, o viajar sobre la hierba.

Este planeta de magia fraterna está ubicado, entre las avenidas Las Vegas y El Poblado, ahí pegadito del calorcito bacano que regalan esos amigos. Aquí, las bicicletas caminan por la hierba como mascotas, de la mano de sus dueños, y las mascotas corren como bicicletas por el sendero asfaltado, arrastrando a esos dueños. Ellos, los que practican el Skate, danzando sobre el encementado peralte de la pista, van y vuelven en un constante recreo de adrenalina, preciso, en el lugar que llaman piscina. Las fosas de suelo colorido son pinceladas por los grafiteros, quienes plasman su creatividad en espacios sin candados. Cada quien disfruta – sin afán –  este fragmento de ciudad que los saca de sus rutinas. Así lo entiende aquella niña, sí, la de camisa negra y mirada olvidada, quien lee a Alfonsina Storni debajo de una de las bancas con techo de cemento.  La juvenil intelectual ni se entera que se ubicó, justo, donde la utopía ocupa el mundo de la imaginación, cuando tres muchachos, sentados encima de la banca, viajan en la nube que produce el cigarro que los acerca a la invisibilidad de su propia realidad.

Susana y sus compañeros se toparon con dos esculturas en piedra, de 1973, del maestro Rodrigo Arenas Betancur. “Amantes”, es su título. ¡Claro!, es tanta la ansiedad de los muchachos por encontrarse que ninguno se detuvo a observarlas.

Este sitio fue el mismo que ocupó la Empresa Siderúrgica de Medellín – Simesa – fundada en 1938 pero luego de sesenta y tres años, en octubre de 2001, se une al Grupo Diaco, para poder subsistir de la voracidad capitalista actual. Simesa fue quien transformó el hierro en acero para la industria de entonces.

Como testimonio de esa iniciativa económica se conserva la fachada del actual Museo de Arte Moderno – El MAM – donde funcionaban los Talleres Robledo. En frente del Museo, un arco conserva la memoria, como escultora de lo que un día fue, pero, ya es. El MAM permaneció en su sede del barrio Carlos E Restrepo, al centro occidente de Medellín, hasta el año 2009, cuando fue traslado hasta acá.

Debajo del enorme arco de concreto, una pareja se besa, y, ahí, ahí, juntico del arco, una exposición de facsímiles de las primeras páginas del periódico conservador El Colombiano, es observada por tres rubias mujeres – una de las tres prefiere no respirar para esconder la barriga – que regresan en el tiempo cuando lo que acontecía era noticia como, por ejemplo, el cierre de la ruta hacia Aranjuez del tranvía eléctrico, en 1951, cumpliendo, así, su ciclo como medio de transporte masivo.

Susana y sus amigos se marchan cuando la noche dibuja la ausencia del día. El grupo se va convencido que, al merendar, o al mecatear, se le saca más gustico cuando, simplemente, la conversación también hace locha sobre la grama para sentir juntos el olor a vacaciones permanentes, ahí, no más, pasando el río, el mismo río a dónde llegan las ciento ochenta quebradas que mojan la ciudad con olor a cañería, que hasta aquí, no llega.

pensamientos de 11 \"«¡CUMPLIDITOS, PUES!»\"

  1. Maestro: afortunadamente no se ha llenado de personas que están en el rebusque( limosna,ventas de toda clase,venezolanos sin trabajo, entre otras personas…), lo cual deja espacio para lecturas,descanso y conversación amable.

    1. Paola Andrea. Muchas gracias por tu opinión, es esa es la idea de esta crónica, invitar a conversar en un espacio donde la palabra sea la protagonista. Un abrazo.

  2. » Al finalizer la cronica , se queda con la illusion de ir a conocerlo , caminarlo , recorrerlo con amigos y si , a hacer locha cualquier tarde en la capital de la montaña, donde es posible que se viaje nuevamente por el tiempo.. Ahi donde alguna vez estuvo la imaginacion…Una pintoresca cronica , con un gran colorido profesor Barrientos «

  3. Hola .Me encantan esos escritos Recordar cosas pasadas es una delicia Me entretengo mucho .Cosas que ya no estaban en mi mente .digan con ése animo . Chao .

    1. Espacios recuperados a los voraces urbanistas que solo buscan ahogar la ciudad con gigantes de cemento.
      Crónica para valorar, visitar, reinventar la cotidianidad en medio de tanto caos.

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